Víctor López Seoane fue probablemente uno de los naturalistas más importantes de su tiempo. Zoólogo, botánico, meteorólogo… este científico de renombre internacional nacido en Ferrol en el 1832, entronca con la familia de los Riobóo al casarse con Francisca de Riobóo y Álvarez, Dueña del Allo, en el 1870. Desde entonces, López Seoane estableció su residencia en las señoriales Torres do Allo dedicando se vida al estudio de la flora y la fauna de Galicia, descubriendo varias especies animales y publicando libros de referencia en su campo.

El Pazo do Allo constituye para Seoane el campamento base perfecto para una frenética actividad investigadora y divulgativa con conexiones en todo el mundo. Miembro de la Socièté Entomologique de France et la Belgique; miembro de la Sociedad Española de Historia Natural; del Consello Provincial de Agricultura, Industria e Comercio; miembro del Comité de Patronage del Congreso Internacional de Zoología de París de 1889; López Seoane ha sido uno de los mayores coleccionistas de seres naturales de España, y conformó el museo particular más grande de Galicia, recibiendo premios de coleccionismo en Filadelfia, París o Barcelona. Filántropo además de científico, dona muchos de sus ejemplares, ahora expuestos en el British Museum, en el Museum d’Histoire Naturelle de París o en el Museo de Berlín.

Víctor López Seoane participó de la modernización de los procesos científicos desde la ‘finisterrae’ gracias a la correspondencia que mantuvo con el gran biólogo Charles Darwin, autor de la teoría de la selección natural de las especies. Estas misivas, que probablemente escribía desde alguno de los despachos del Pazo do Allo, cambiaron por completo su forma de entender la actividad investigadora y lo influencian decisivamente para iniciar varios proyectos de gran relevancia. Uno de ellos es el de la primera Historia Natural de Galicia, con numerosos trabajos sobre ornitología, herpetología y entomología.

Mientras Seoane mandaba plantar la avenida de robles de la entrada a las Torres do Allo y reformaba el jardín barroco que hay detrás del pazo; descubría nuevas especies de ortópteros, realizaba un Catálogo de los Arácnidos de Galicia, un Catálogo de Anfibios y Reptiles de Galicia, la primera monografía de Ornitología Ibérica, el Catálogo de la Colección de Aves de Seoane (el más importante documento de la Historia de la Ornitología Gallega), el Catálogo de la Colección Herpetológica de Seoane, o los Trabajos Botánicos sobre Plantas Insectívoras de Galicia. No sabemos si fue durante algún paseo por los huertos, campos y sotos del Allo cuando descubrió la salamandra gallega, la ‘salamandra salamandra gallaica’, dos nuevas especies de rana, y la llamada víbora gallega, la ‘vípera berus seoanei’.

En todo caso, el Pazo do Allo se convirtió con la llegada de Víctor López Seoane en un lugar casi académico, frecuentado por intelectuales y estudiosos/as de la época. Un entorno idílico en donde compartir la pasión por lo verde, por los animales y el respeto por el medio ambiente. Espíritu que sigue hoy más presente que nunca en el paisaje natural de Torres do Allo.